Formaba parte de la Muralla del Atlántico y aún se conservan sus cuatro piezas
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi consiguió ocupar Francia, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca y Noruega: un enorme tramo de costa.
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Para defender las costas de esos países ocupados de posibles ataques de los Aliados, los alemanes construyeron la llamada Muralla del Atlántico, que llegaba desde el sur de Francia hasta las costas septentrionales de Noruega. Este país nórdico tenía una gran importancia estratégica para Alemania, ya que en el puerto noruego de Narvik se cargaba el hierro procedente de las minas suecas
Para proteger Narvik, los alemanes construyeron dos grandes baterías de artillería de costa entre 1942 y 1943: una en la Isla de Engeløya, al norte de Steigen, y otra en la Península de Trondenes, en la localidad de Harstad.
Estas baterías fueron equipadas con colosales cañones Schnelladekanone C/34 de 406 mm, con tres piezas en Engeløya (la llamada Batería Dietl) y cuatro en Trondenes (Batería Theo). Se trata de cañones construidos para ser utilizados en acorazados, y su uso en estas baterías noruegas los convirtió en los cañones de artillería de costa más grandes del mundo.
Para la construcción de esta batería se construyó un muelle a fin de desembarcar los enormes cañones, que posteriormente se transportaron por tierra en grandes cañones hasta sus posiciones. Además, los alemanes instalaron un campo de prisioneros junto a la batería, a fin de enviar allí a cientos de prisioneros de guerra soviéticos que fueron utilizados como mano de obra esclava en la construcción de la batería.
De ellos, 800 murieron durante las obras. Hoy sus restos están enterrados en un cementerio en Tjøtta. Un monumento recuerda allí a los prisioneros muertos durante la construcción del fuerte.
Tras la guerra, el Ejército Noruego se hizo cargo de estas fortificaciones, integrándolas en su defensa costera. La batería de Engeløya fue desartillada y sus cañones desguazados en 1956. La batería de Trondenes siguió activa, pero el 1 de septiembre de 1958 registró un hecho dramático cuando estalló uno de sus depósitos de municiones, provocando cinco muertos.
La batería fue dada de baja por el Ejército Noruego en 1961.
Las cuatro piezas de Trondenes Fort aún se conservan intactas y en un estado relativamente bueno.
Una de ellas, bautizada como “Barbara” (seguramente en honor a la patrona de los artilleros), aún está operativa (la torreta puede girar) y forma parte de un museo que recibe numerosos visitantes.
El cañón “Barbara” fue restaurado entre 1978 y 1982, mientras que las otras tres piezas fueron pulidas y repintadas en 1991.
Podéis ver aquí un vídeo de Koirankangas que muestra el exterior y del interior del cañón “Barbara”, el único visitable de los cuatro: